El acné es una afectación cutánea muy frecuente. La pueden padecer con diferentes grados de intensidad, cerca del 80% de los adolescentes entre los 13 y los 18 años, pero en una proporción no despreciable de personas, puede perpetuarse o comenzar en la edad adulta. Suelen ser personas con tendencia a tener la piel grasa e incluso pueden no haber presentado acné en la adolescencia y desarrollan lesiones a partir de los 25-30 años o incluso más tarde.
Los brotes de acné pueden durar muchos años, dejar cicatrices persistentes y en ocasiones afectar al desarrollo psicológico de la persona que lo sufre.
El tratamiento debe realizarse pronto, sin necesidad de esperar la aparición de lesiones graves. Cada tipo de lesión tiene un tratamiento específico y es función del dermatólogo saber escoger el más adecuado, de acuerdo a la edad, la lesión predominante, la extensión, el estadío del acné y las condiciones individuales de cada paciente.